Opinión

Dos vidas cuesta arriba

Artículo de opinión Honorio Cadarso

Etxe Barrukoak- Asociación de Empleadas de Hogar de Vizcaya ha lanzado recientemente un grito de denuncia y de alarma ante el desamparo en que se encuentran las trabajadoras de hogar que atienden a mayores com problemas graves que viven solos en sus casas.

En la mayoría de estos casos, los mayores están siendo cuidados por trabajadoras emigrantes. de las cuales una tercera parte pertenecen al mundo de la economía sumergida. Eso de "economía sumergida" quiere decir que a lo mejor tienen que trabajar 60 horas semanales distribuídas en seis o siete días, y a lo mejor tienen que llegar a trabajar hasta 24 horas diarias. Quiere decir, además, que un tercio de ellas no están aseguradas. Que pueden ganar por término medio 1038 euros mensuales, de ahí para abajo, y el abajo quiere llegar hasta cobrar salarios por debajo del salario mínimo.

Quiere decir que las agencias de contratación que funcionan en Vizcaya no tienen demasiados remordimientos en facilitar contratos de trabajo manifiestamente ilegales, muy lejos de las garantías que exige la legislación para este tipo de contratos. Y que Etxe barrukoak ha presentado las oportunas denuncias ante la autoridad competente contra dos de estas agencias.

Cada vez más, los trabajos de asistencia doméstica son atendidos por trabajadoras emigrantes, tanto si se trata de personas mayores solas en su casa como de familias normales en la plenitud de la vida.  En buena parte, cabe aventurar que esta preferencia de los empleadores por trabajadoras emigrantes viene motivada por el hecho de que estas trabajadoras no son demasiado exigentes en cuanto a sus derechos, a lo mejor ni siquiera tienen papeles en regla, y desde luego no cuentan con la protección legal que ampara a una trabajadoraq nativa.

Felizmente, el Parlamento Vasco ha reclamado a la Agencia oficial de Empleo Lanbide que se ocupe de garantizar el juego limpio en las contrataciones de estas empleadas, y ha exigido de la Inspección de Trabajo que desarrolle un trabajo "sistemático y duradero" en orden a velar por el cumplimiento de la legislación laboral y el respeto a los derechos de estas trabajadoras.

A pesar de todas estas precauciones, el colectivo vizcaíno SOS Racismo considera que no se notan demasiados resultados positivos en este trabajo de vigilar las contrataciones y la protección de las trabajadores del hogar que atienden a nuestros mayores con problemas.

Dicho sea todo esto por si a los promotores y las promotoras de la celebración del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, se les ha pasado desapercibido en prestar atención a este sector de las mujeres trabajadoras . Y de paso para recordar que nuestro país sigue necesitando emigrantes, especialmente mujeres emigrantes, que cubran esta necesidad y esta demanda de nuestra sociedad en la que los mayores, y los mayores con problemas son cada vez  un sector más numeroso de la población.